“Yo no sé posar” y otros miedos del novio en su boda

Hoy me gustaría centrarme en la figura del novio, y en todo lo que implica, en el día de su boda. Porque, seamos francos, la novia es quien capta (casi) todas las miradas. Y así lo esperan todos, incluido el novio.

Es quizás por este motivo que los novios suelen tener una actitud más tímida, (o más bien complaciente hacia su pareja) por ese papel más secundario que viene impuesto, como el prendido o el chaqué. Y es más cómodo… ¡hasta que el fotógrafo llama a su puerta!

El reportaje, de hecho, comienza habitualmente con sus preparativos. Más allá de los convencionalismos –como los complementos, los zapatos o el traje– creo que es un momento idóneo que normalmente aporta sosiego, elegancia y emotividad al conjunto del reportaje.

Cada persona es única y elegirá el espacio, las personas y los objetos que le acompañarán. El estado de ánimo influye también, por supuesto. Hay quienes suelen ser un témpano y sorprenden hechos un mar de lágrimas… hay quienes se toman la vida con mucha guasa y les encuentras parcos en palabras. Las emociones de este momento único son imprevisibles. Por eso estas fotografías son tan especiales.

Luego está el mundo del “posado”, ¿os suena? Muchos novios se muestran incómodos ante una cámara .“Es que yo no sé posar” o “dónde pongo la mano” son frases que los fotógrafos escuchamos con asiduidad. Os diría que os dejéis llevar, que no hace falta posar (ni mucho menos practicar delante del espejo) y en definitiva, que apartes de tu cabeza este pensamiento. Relájate y disfruta con tu pareja, así sacarás el máximo de tus fotografías de boda. El fotógrafo, además, intentará relajarte y guiar en todo momento.

Precisamente para perder el miedo a la cámara, muchas parejas deciden hacerse un reportaje de pareja previo al día de la boda, el conocido como reportaje de preboda. Así, además de tener un bonito recuerdo de los dos, será una estupenda oportunidad para que los novios se habitúen a la cámara y también al fotógrafo.

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